Nos dirigimos a ustedes para compartir los avances en materia de sostenibilidad durante el 2021, así como el devenir de los próximos años, marcado por las oportunidades que surgen a raíz de las profundas transformaciones que estamos presenciando.
Los enormes desafíos que impone el cambio climático y el anhelo de la humanidad de avanzar hacia una mejor calidad de vida se han convertido en los elementos centrales para el progreso sostenible. Ambos elementos constituyen ejes centrales de nuestro plan de sostenibilidad ya desde varios años y a ellos seguimos dedicando nuestra atención prioritaria, enmarcando nuestra estrategia en las metas de la Agenda 2030.
En Enel Chile iniciamos la integración de la sostenibilidad en la estrategia de negocio hace varios años, al operar con un modelo negocio que responde a los objetivos del Acuerdo París, ratificados en la COP26 en Glasgow, de no superar el aumento de temperatura de 1,5°C respeto a los niveles preindustriales.
Alineados con esta meta, nuestra evolución en la generación renovable sigue en constante crecimiento. Es así como alcanzamos 5,6 GW de capacidad renovable a diciembre 2021 y prevemos aumentar a 8,0 GW al 2024, llegando a un 80% de nuestra matriz libre de emisiones gracias a las inversiones del Plan 2022-2024.
Nuestras inversiones contemplan además almacenamiento y plantas híbridas, a fin de aumentar la flexibilidad y seguridad de la producción. De cara al futuro estamos invirtiendo en el desarrollo de nuevas tecnologías, como lo son la mareomotriz y el hidrógeno verde el que nos permitirá llegar a nuevos sectores industriales que todavía dependen de combustibles fósiles.
Con estas inversiones hemos estado cimentando las bases para reducir nuestra dependencia a la volatilidad de los precios internacionales de los combustibles fósiles, pasando a ser en el 2022 la primera Compañía a nivel nacional que cierre todas sus plantas a carbón definitivamente, marcando un precedente al realizarlo 18 años antes de lo previsto por el Acuerdo Nacional de Descarbonización.
En paralelo, continuamos nuestro proceso de mejora continua en las plantas de generación convencionales, optimizando siempre su operación en el entendido que son un necesario complemento hasta la completa transición a energía renovables. La intensa sequía que golpea Chile ya desde varios años exige una gestión responsable de los embalses hidroeléctricos. Por esta razón promovemos una adecuada y oportuna coordinación con quienes compartimos el recurso hídrico para lograr su mejor utilización, atenuando en alguna medida el impacto de la sequía que tan severamente vulnera Chile.
No basta con descarbonizar la matriz energética, sino que es necesario poner esta energía limpia a disposición de los clientes, quienes son los protagonistas en este camino hacia el Net Zero. Somos parte de una sociedad siempre más exigentes en materia ambiental y en la experiencia del uso de la energía, dos prioridades que marcan el inicio de la década de la electrificación. Una transformación que se funda sobre unas más diversificadas formas de usar y disponer de la electricidad en las ciudades, la cual exige una renovada capacidad de distribución.
Este escenario pone desafíos adicionales a la red que debe contar con mayor flexibilidad y resiliencia. Nuestra inversión en la innovación y en la digitalización, así como en la gestión de datos, nos permite mejorar el desempeño de la infraestructura y la disponibilidad de la red, incrementando la calidad del servicio y facilitando el acceso a la electrificación a la ciudadanía.
Enel X inició la instalación de puntos de cargas en Chile, marcando el inicio de la electromovilidad y la entrega de soluciones energéticas avanzadas ya desde el 2017. Hoy en día contamos con terminales eléctricos con más de 120 puntos de carga y estamos trabajando para dar vida a la Electro Ruta Enel X, entre Arica y Punta Arenas. Para potenciar la electrificación ofrecemos soluciones y servicios tecnológicos e innovadores que abarcan todo el ecosistema urbano para el desarrollo de ciudades más inteligentes y circulares. Así mismo nos convertimos en socios estratégicos de nuestros clientes para brindar servicios e infraestructura eléctrica según sus necesidades de forma de reducir y lograr eficiencia energética en sus consumos que no solo redunda en menores costos para ellos, sino que también en impactos positivos en el entorno y el planeta.
De esta forma, se ha ido pavimentando el propósito que nos impulsa en Enel Chile: mejorar la calidad de vida de las personas. Creemos que la prosperidad económica dependa del bienestar ambiental y social, por esta razón miramos ampliamente a la conservación de los recursos naturales y de la biodiversidad, desde un punto de vista ecosistémico, el cual involucra las comunidades locales como parte integrante del mismo tejido. El fortalecimiento de las comunidades, del patrimonio cultural y del territorio en su visión global es fundamental para un progreso sostenido en el tiempo. Nos dedicamos a este trabajo priorizándolo como un eje específico del plan estratégico de sostenibilidad.
Esta transformación energética, social y ambiental, requiere del desarrollo de nuevas capacidades en distintos roles, necesarios para la ambición de nuestro plan estratégico. La incentivación del liderazgo horizontal en ambientes de trabajo diversos e inclusivos, la formación y ambientes agiles en que la motivación y compromiso son elementos distintivos para avanzar en nuestro propósito común, son elementos centrales para la sostenibilidad de nuestro negocio.
Nuestros resultados son refrendados con el reconocimiento de los más prestigiosos evaluadores de sostenibilidad. Por primera vez fuimos incluidos en el Bloomberg Gender Equality Index, que reconoce a las empresas por su desempeño en igualdad de género, y participamos en el Carbon Disclosure Project (CDP) de cambio climático. Además, mejoramos nuestro posicionamiento en diversas evaluaciones realizadas por analistas especializados tales como S&P Global: FTSE Russel, MCSI, Sustainalytics, Refinitiv, entre otros.
Nuestra carta de navegación está diseñada a partir de una visión de futuro que ubica a la sostenibilidad como elemento clave e imprescindible para transitar hacia una economía descarbonizada y electrificada. Para lograrlo, se debe perseverar en la construcción de sólidas redes y vínculos con los stakeholders, de manera colaborativa, guiada por la creación de valor compartido, que marca el futuro y los une de manera indisoluble.
