Chile se enchufa para dejar atrás los combustibles fósiles

Published on lunes, 13 junio 2022

Plaza inteligente, La Florida

No se trata de un escenario del futuro, sino de un presente cada vez más sostenible e inclusivo de la mano de un factor en común: la electricidad. Esta transición se denomina electrificación, y consiste en comenzar a utilizar la energía eléctrica en ámbitos donde habitualmente se usan fuentes de energía fósiles y con emisiones directas, como el transporte, sector inmobiliario y procesos industriales.

"Chile es la única economía emergente en el mundo que ha establecido por ley la meta de alcanzar la carbono neutralidad a 2050. Muchas veces nos enfocamos en la importancia de descarbonizar las centrales de generación eléctrica, que, por supuesto es fundamental en este proceso, pero esto no termina ahí ", explica Karla Zapata, gerenta general de Enel X Chile.

“Hay también otros ámbitos donde se usan combustibles fósiles que necesitamos descarbonizar, como el transporte, la calefacción, el agua caliente o diversos procesos productivos. Cambiar el petróleo y el gas por electricidad es el método más eficiente y económicamente viable que tenemos disponible en Chile y en el mundo para descarbonizar en el corto, mediano y largo plazo.”

– Karla Zapata, gerenta general de Enel X Chile.

Electricidad para movernos

Hace 2 años, motivada por la conciencia medioambiental de sus hijos, Virginia Nagase decidió cambiar la forma en que elige productos y servicios. “Tratar de pensar antes de elegir entre una u otra opción en cuanto a la emisión de CO2, explica.

Esa nueva mentalidad la llevó a cambiarse a un auto eléctrico.

“La única duda que tenía es que yo vivo en Colina y trabajo en el centro, entonces no sabía si en la ida y vuelta del trayecto iba a ser suficiente la carga del auto. En estos autos, si hay algo que mejorar, es la autonomía, son autos que tienen 250-300km de rendimiento y hay que aprender un poco a manejar eso (…) Mejora muchísimo la autonomía, por ejemplo, cuando vas en bajada, que es lo que me pasa a mí cuando voy de vuelta a mi casa, ahí el consumo realmente es mínimo. Uno aprende a hacer ese cálculo de manera diferente y una vez que te acostumbras la verdad es que es maravilloso”, cuenta sobre su experiencia.

La electromovilidad ha dado un salto acelerado en Chile. En 2023 se duplicará la cantidad de buses eléctricos del sistema RED en Santiago a más de 2 mil, mientras que la venta de vehículos eléctricos e híbridos promedió un alza de 178% en enero y febrero de 2022, en comparación con el mismo periodo de 2021.

Este crecimiento se ha traducido también en más estaciones de carga. En enero de 2022, se inauguró en Pudahuel la primera “Electroestación de Servicio” de América Latina con 23 puntos de carga, que permiten suministrar energía eléctrica a más vehículos de forma simultánea de lo que ofrecen las estaciones bencineras convencionales. Este hito se enmarca en el proyecto ElectroRuta de Enel X Way, que pretende instalar 1.200 puntos de carga en todo Chile -de los cuales a la fecha ya se han completado más de 320- que permitirán recorrer más de 5.000 kilómetros de norte a sur.

De hecho, Virginia ha notado esa evolución. Habitualmente carga el auto en su casa, pero también agradece la mayor disponibilidad de puntos de carga en la ciudad.

“Me ha ayudado muchísimo la cantidad de electrolineras que se han abierto por una cuestión psicológica más que nada. Cuando uno dice ‘oh, me faltan 50km, ¿me alcanzará para llegar?’. Pero ahora hay tantas electrolineras en tantos puntos de Santiago que la verdad es muy fácil detenerse a cargar energía.”

– Virginia Nagase, que maneja un auto eléctrico.

Para ella, la transición hacia la movilidad eléctrica y el uso de la electricidad para reemplazar combustibles fósiles es viable.

“Estoy convencida que vamos hacia allá. Pero esto es una parte de todo un conjunto de cosas. Yo creo que las naciones tienen que ir avanzando a una matriz energética más sustentable. (…) Obviamente la energía generada en forma limpia que cargan estos autos es lo que va a hacer un medio ambiente mucho más sostenible para nuestros hijos. De otra forma, es traspasar la emisión de un lado al otro”, explica y agrega que “es un conjunto de decisiones y acciones que uno adopta en el día a día para mejorar la calidad de vida de uno y de todos los que todos los que te rodean”.

Virginia Nagase y su auto eléctrico.

Vivir en un hogar eficiente

Al igual que en el transporte, la electrificación también tiene un gran potencial para impulsar un desarrollo más sostenible en el sector inmobiliario. De hecho, Santiago ya cuenta con edificios inteligentes y eficientes, como el edificio Borja Plaza en la comuna de La Cisterna.

“En este proyecto implementamos paneles fotovoltaicos, los cuales hacen un aporte de energía que se registra en nuestro medidor de consumo, permitiendo descontar esa energía de nuestra cuenta de electricidad. También cuenta con bombas de calor y tanques de acumulación de agua que proveen de agua caliente a casi 300 familias sin utilizar gas u otros combustibles fósiles”, explica Mauricio Bustos de Inmobiliaria CIDEPA.

Además, todos los departamentos están equipados con tecnologías eléctricas eficientes, como la cocina, sistemas de ventilación e iluminación. CIDEPA y Enel X llevan 12 años trabajando en proyectos eficientes, que están elevando el estándar de las viviendas en la capital.

“En los próximos 10 años va a seguir aumentando la demanda por vivir en este tipo de edificios, porque la gente está valorando más el cuidado del medioambiente y la eficiencia energética. Cada vez más gente cotiza y consulta sobre estas tecnologías.”

– Mauricio Bustos de Inmobiliaria CIDEPA.

Para Karla Zapata, existen múltiples factores que pueden influir en impulsar este proceso, tanto desde el sector privado como el público.

“La electrificación se puede acelerar con regulaciones que empujen a los actores para que sus procesos sean más sostenibles, con clientes que buscan dar un salto con tecnologías más eficientes y también con nuestro rol activo como compañía, acercando nuestras soluciones a nuevos clientes y llevando una propuesta de valor para que la electricidad sea la energía que movilice al mundo de forma sostenible. Estamos trabajando para eso”, explica.

Repensar la red eléctrica

Este proceso tiene un tercer pilar, quizás el menos visible, pero igualmente fundamental: la red de distribución eléctrica.

“Esto es una cadena de servicios. Se están transformando las centrales de generación de energía; se están desarrollando productos y servicios eficientes y sostenibles para hogares, ciudades, industrias y el transporte; y, para llevar estos beneficios a todas las personas de forma efectiva, también estamos modernizando la red eléctrica para que sea capaz de dar soporte a los nuevos usos de la electricidad. Esta transición requiere de una red resiliente, segura, flexible y digitalizada”, explica Paola Carrasco, responsable de Desarrollo de la Red del área de Infraestructura y Redes de Enel Distribución.

¿Qué implica la modernización de la red y el servicio eléctrico? Por ejemplo, Enel Distribución se transformó en la primera compañía de Chile en poner en operación dos centros satélite en Colina y Pudahuel. Se trata de instalaciones con tecnología de última generación para fortalecer y flexibilizar la red de estas zonas, permitiendo dividir los consumos eléctricos en bloques de carga pequeños, con lo que, ante una falla de uno de los alimentadores principales, otro alimentador pueda tomar la carga asociada al bloque dañado y así recuperar en forma rápida el suministro eléctrico a través de maniobras con equipos remotos.

A ello se suman otras innovaciones, como la instalación de 2.659 equipos de telecontrol a lo largo de toda la ciudad, los que también permiten gestionar de forma remota la red, generando maniobras en tiempo real, lo que otorga flexibilidad al sistema, tanto ante una falla como en condición de trabajos programados. También destaca la inspección preventiva de las redes eléctricas con drones y cámaras con tecnología láser y termográfica para mejorar la planificación del programa de mantenimiento anual.

Este proceso de modernización implica, además, transitar desde una red eléctrica lineal, es decir, donde la electricidad fluye desde una fuente de origen a su destino final, a una red multidireccional, donde incluso los clientes pueden aportar con energía al sistema.

“Hoy contamos con una red mucho más activa. Cada día tenemos más clientes inyectando potencia, ya sean Pequeños Medios de Generación Distribuida o clientes domiciliarios que se están conectado para aportar energía a la red”, reconoce Carrasco, quien añade que, en el mediano plazo, cambiará la forma en que nos relacionamos con el sistema eléctrico y la energía que usamos a diario.

El rol del consumidor será diferente. Ya no será un consumidor, sino un prosumidor. Los clientes van a usar energía de la red y también aportar energía al sistema eléctrico, ya sea a través del uso de paneles fotovoltaicos en sus hogares, con sistemas de baterías domiciliarios o inyectando energía desde sus autos.

Por delante hay también otro desafío: la gestión automatizada de la red de baja tensión -aquella que llega, por ejemplo, a los hogares- con el objetivo de administrar las necesidades individuales de cada cliente. Ese proceso se comenzará a materializar en 2022 con un despliegue de implementación de tecnología durante los siguientes 4 a 5 años.

“El desafío está ya en curso y los cambios se verán mucho antes de lo que las personas imaginan”, concluye Carrasco.