La energía que nos rodea: los nuevos usos en la vida cotidiana

Fuente: Laboratorio de Contenidos La Tercera

“Hoy, en Chile, circulan alrededor de 900 autos eléctricos y se proyecta que para 2030 esta cifra llegue a los 80 mil vehículos. Solo entre 2018 y 2019, el número de vehículos eléctricos se incrementó en un 68%.”

La empresa japonesa Nissan es una de las que apostó por la electricidad. El año pasado celebró los más de 400.000 kilómetros recorridos en un año por la flota Nissan LEAF –el vehículo eléctrico más vendido en el mundo–, en colaboración con su aliado Enel X, compañía especialista en infraestructura de carga y que también fue gestora de la alianza que introdujo la primera flota de buses eléctricos en el transporte público de Santiago. Esos kilómetros equivalen a 10 vueltas alrededor del mundo, superan la distancia entre la Tierra y la Luna y corresponden a un ahorro de 70 toneladas de CO2, equivalente a 2,4 veces el dióxido de carbono que absorben todos los bosques de Chile en un día.

–Las ciudades del futuro deben ser capaces de encontrar un equilibrio entre la competitividad económica, la cohesión social y la sostenibilidad ambiental. Hoy existe un mayor convencimiento que la movilidad que se aproxima será cada vez más eléctrica, conectada, autónoma y compartida –asevera el presidente de Amech.

“Actualmente hay 455 buses eléctricos en Santiago, cifra que ubica a Chile como el segundo país del mundo, luego de China, con más buses de esta tecnología en su transporte público. Además, se proyecta que al 2040 el 100% del transporte público será eléctrico.”

Uno de los principales desafíos para este tipo de autos es la carga. Actualmente, en Chile, existen 149 puntos de carga. Por ello, Enel X anunció la construcción de la primera “Electro-ruta” del país, que consiste en la instalación de 1.200 estaciones de carga en los próximos cinco años, desde Arica a Punta Arenas.

Aunque no todo en el mundo de la electromovilidad es sinónimo de autos eléctricos.

Enchufados

Los scooters y monociclos llevan décadas entre nosotros. Pero además de haber resistido el paso de los años, este tipo de vehículos se han modernizado, cambiado, evolucionado. Incluso se han convertido en una forma de movilidad sostenible.

Son especies de “tribus” urbanas. Algunos andan en una rueda, otros en dos. La irrupción de los Vehículos de Movilidad Personal (VMP) se ven día a día en las ciudades. No es extraño observar por las veredas personas arriba de un monociclo, que las ciclovías también sean usadas por bicicletas eléctricas o que los scooter se muevan en las calles, entre medio de autos y buses. Ofrecen ligereza, agilidad de maniobra, precios asequibles, potencial de diversión y un componente ecológico: no contaminan ni hacen ruido.

Y a veces una sola rueda basta.

Antes de tener su primer monociclo, Luis Urzúa Arenas –33 años, ingeniero informático– caminaba durante media hora para llegar a su trabajo. Andar en transporte público no era una opción atractiva y estar apretado en el metro, menos. En 2018 comenzó a buscar alternativas. Aunque primero pensó en un scooter eléctrico, en su búsqueda se topó con los monociclos.

–El motivo principal por el que me decidí por un monociclo eléctrico fue por la simplicidad y lo práctico que es –explica Luis.

¿Quieres avanzar? Hacia delante el cuerpo. ¿Quieres parar? Mantente recto o poniendo un pie hacia el suelo.

Un día de oficina de este ingeniero informático comienza 10 para las 9 de la mañana. A esa hora se sube a su monociclo y comienza a recorrer las calles. Si le tocan todos los semáforos en rojo, llega en 10 minutos a su trabajo; si no, apenas se demora 5. Al llegar a la oficina, deja su vehículo cargando.

–La gran virtud es que el monociclo puedes cargarlo en la casa o en la oficina, simplemente enchufándolo a la pared. Es práctico, no tienes que andar buscando estacionamiento. También está el tema de que por ser eléctrico contaminas menos en todo sentido. Menos ruido, menos CO2 al ambiente, contaminación térmica, etc. Es mucho más eficiente para poder transportarse– dice Luis.

La ventaja es ecológica y económica.

Según la experiencia de este ingeniero, todo depende del costo del vehículo pero es conveniente. Si uno va a trabajar en metro todos los días, comenta, son más o menos 37 mil pesos mensuales. Al año, casi 450 mil pesos, que es lo que cuesta un monociclo de gama media.

¿Aburrido? El monociclo también es sinónimo de recreación. En la tarde, después de trabajar, Luis lo ocupa para ir a dar una vuelta, por ejemplo, al Parque Bicentenario. Incluso graba sus viajes arriba de “la rueda”, luego los edita y hasta incluye música.

–Es una alternativa para moverte y también para entretenerte –concluye.

Más allá de la domótica: vivir “smart”

No existe prácticamente nada que la tecnología no haya podido cambiar durante los últimos años. Y la construcción de edificios no ha sido la excepción. Las transformaciones son revolucionarias, así nacieron los llamados “Smart Buildings”.

¿Qué son? Edificios que vienen integrados con sistemas para gestionar la eficiencia energética, la climatización, seguridad, iluminación y mucho más. Otra de las principales exigencias de este tipo de construcciones es que son sostenibles. Es decir, reducen sus niveles de contaminación y consumo energético recurriendo al uso de energías alternativas.

En Chile, por ejemplo, la inmobiliaria Cidepa ha realizado proyectos de este tipo en Macul, San Miguel y La Cisterna.

–Existe una responsabilidad social de parte de Cidepa como inmobiliaria de reducir la emisión de CO2 a la atmósfera, eso como objetivo primario. Esto se traduce en una notoria mejoría en el confort que se entrega a los propietarios, ahorro de energía y economía en gastos comunes. La ciudad somos todos –explica Benjamín Cillero, gerente general de Cidepa.

¿Y cuáles son los beneficios para la construcción y las inmobiliarias el desarrollar este tipo de proyectos? Primero, las construcciones se realizan estudiando la mejor orientación del edificio para ahorro de energía y la rentabilidad a medio plazo de la inversión inicial es mayor. Y hay más ventajas, así lo comenta Cillero:

–Además de contribuir con menores emisiones de carbono, luego tenemos la economía que se obtiene al usar energías renovables como la solar, las ventajas económicas que se obtienen al usar acumuladores de calor para calefaccionar y termo paneles, logrando una menor pérdida de calor en invierno y temperatura más equilibrada en verano, además de una menor contaminación acústica asociada al uso de estos ventanales.

Uno de los proyectos de Cidepa que va en esa línea es el edificio Luis Valenzuela, en Macul, que tiene un sistema domótico. Incluso en el sector de estacionamientos cuenta con un tótem de carga para vehículos eléctricos. Y, por supuesto, aprovecha la luz solar a través de paneles.

–Lo principal es que la energía que se ocupa en el edificio es totalmente limpia y la verdad es que sí hay un ahorro para la comunidad –dice Héctor Moncada, propietario de uno de los departamentos de este edificio, en donde también se pueden controlar diferentes electrodomésticos, monitoreo a distancia y el acceso al departamento. Todo a través del celular.

Sebastián Reinares resume así cómo la energía nos ha cambiado la forma de vivir:

–Al final los smart buildings, la electromovilidad y esta serie de gadgets que te entrega la domótica son para dedicar la vida a lo esencial.

Como descansar. Por eso alrededor de las 11 de la noche, Sebastián tan solo con su voz indica que llegó el momento.

–Buenas noches –dice.

De inmediato, todos los aparatos de la casa de apagan. Las luces también. Y empiezan a oírse sonidos relajantes, esta vez de la selva.

Es hora de dormir.