Simoney Uribe está feliz con su participación en la edición 2017 de la Copa Enel Santiago y así lo demuestra en cada uno de sus desplazamientos en la cancha, cuando marca o intenta perforar el arco rival.
Lo de esta niña de 14 años es felicidad pura. Y razones tiene, primero porque Santiago, su equipo, se metió en los octavos de final del certamen, pero además porque en su segunda vez en el campeonato ella tiene un status diferente dentro del representativo santiaguino.
“Esta es mi segunda vez en la Copa, pero el año pasado era la ‘malita’ del equipo, sólo jugaba los últimos 5 minutos, pero he ido progresando y ahora soy titular”, lanza sin esconder su satisfacción.
Su progreso ha sido evidente, hoy juega, toca, marca y habilita con criterio, asume responsabilidades en el equipo y además levanta a sus compañeras con menos experiencia.
“Estamos muy contentas por haber podido clasificar, y como punteras del grupo. Ahora queremos más, esperamos seguir avanzando y yo llegar a ser una de las mejores de Santiago”, asegura.
Por ahora Simoney intentará ratificar nuevamente su progreso cuando guíe este sábado a su equipo en la búsqueda por los pasajes a la ronda de las ocho mejores. No importa el rival, ella está feliz con jugar, y eso es lo único que vale.