Un año después, la vida le sonríe a los hermanos David y Josué Rojas. Un presente diametralmente opuesto al vivido por los gemelos hace un año atrás, cuando defendiendo los colores de Lo Espejo, lloraron amargamente su eliminación en los octavos de final de la Copa Enel 2016.
Pero hoy todo es distinto para estos hermanos, pues si bien el pasado sábado nuevamente derramaron lágrimas, esta vez fueron de felicidad, ya que junto a sus compañeros de Ñuñoa se consagraron campeones del torneo de baby fútbol más importante del país tras imponerse en la definición a penales a Lo Prado.
“Estoy muy contento, con mis compañeros logramos el objetivo que siempre quisimos”, asegura David.
Una felicidad que por poco se les escabulle, pues Lo Prado abrió la cuenta en el primer minuto de descuento del primer tiempo, una diana que trajo consigo el fantasma de la eliminación.
“En el camarín estábamos todos tristes por el primer tiempo, pero el ‘profe’ nos dijo que lo íbamos dar vuelta, nos animamos entre todos y gracias a dios ganamos”, explica el hábil delantero.
Según explica David, en la primera mitad “estábamos nerviosos, pero después en el segundo nos soltamos”, lo que a su juicio les permitió emparejar el marcador y llegar a la definición a penales, donde fueron más efectivos.
“Con Josué en la semana hablamos que teníamos que estar concentrados. Yo no fui a entrenar a Universidad Católica, donde juego, para preparar este partido. El ‘profe’ de Católica nos dio permiso a todos los que jugamos ahí para que nos concentráramos en este partido, por suerte pudimos ganar”, explica.
Ahora estos hermanos ya planifican el viaje a Italia de octubre próximo, donde asegura “será una experiencia espectacular, nos imaginamos ese viaje, cómo será el día previo a partir y será uno de los días más felices de nuestras vidas. Además, los papás están muy contentos”.