María Teresa Ruiz: La estrella de la astronomía

Published on lunes, 11 febrero 2019

“Fue por un flechazo. En una práctica de verano nos mandaron al Observatorio del Cerro Tololo, cuando había puros telescopios pequeños. Tenía que monitorear una estrella con un compañero de curso que era aficionado a la astronomía. Yo nunca había levantado la cabeza. Ahí vi la vía láctea y me enamoré de eso. Y pensé: 'Es demasiado fascinante, si puedo, le dedicaré todo mi esfuerzo y, si me dan los talentos, quiero ser astrónoma'”

Y no solo fue astrónoma, sino que fue la primera en Chile y la primera doctora en astrofísica de Princeton en Estados Unidos. ¿Cómo recuerda esos años estudiando en el extranjero?

“Allá éramos dos hombres y una mujer cuando entré. No me dio susto, me llevaba bien con mis compañeros. Lo complicado era que no te incluían para las cosas. Yo pensaba, ‘hablo mal inglés y quizás no soy tan buena como ellos’. Claro, venían de MIT, Harvard y yo de ‘la Chile’ no más. Un día me di cuenta que estaban tratando de resolver un problema matemático, pero iban por mal camino. Agarré la pizarra y les dije, ‘tienen que hacer esto y esto’. Me di vuelta y se habían ido. No me dio pena, fue un alivio porque me di cuenta que no era un problema capacidades, sino que no sabían tratar con mujeres”.

Ciencia más igualitaria

El rubro científico ha sido considerado históricamente como masculino. Sin embargo María Teresa siempre ha logrado destacar en su profesión que la ha llevado a conseguir logros inéditos.

En 1997 fue elegida Premio Nacional de Ciencias Exactas. ¿Sus logros le han abierto puertas a las mujeres en su rubro?

“Cuando me dieron el Premio Nacional sentí que el país me decía ‘nos importa lo que tú haces’. Eso me dejó contenta conmigo misma de haber tomado la decisión de ser astrónoma. Aún hay más hombres haciendo ciencia, pero creo que eso está cambiando rápido. Acá en Chile, últimamente muchas de las noticias importantes de descubrimientos astronómicos han salido de ‘chiquillas’ que ni siquiera tienen sus doctorados y ya están haciendo aportes importantísimos”.

También fue la primera presidenta de la Academia Chilena de Ciencias, entidad que actualmente también preside una mujer...

“Fue la primera vez que eligieron a alguien de forma unánime, eso ya es raro. Los científicos siempre tienen distintas ideas de las cosas, así que fue impresionante. Fueron tres años interesantes donde me tocó conocer las distintas áreas de la ciencia en Chile. Yo creo que se han dado cuenta que las mujeres no muerden y no ladran tanto. El Instituto de Chile, que junta a todas las academias, también lo preside una mujer. A veces basta mostrar que las mujeres tenemos algo que aportar y que incluso pueden hacer que sea más enriquecedor el diálogo”. 

Destacando el rol de la mujer

En marzo, en el marco del Día Internacional de la Mujer, se llevará a cabo la XII edición de los Premios Energía de Mujer que entrega Enel anualmente a las mujeres destacadas en distintas áreas: deportistas, políticas, empresarias, entre otras categorías, donde se encuentra la de Ciencias y Eficiencia Energética, que en 2008 quedó en manos de María Teresa.

“Me acuerdo que fue en el Parque Providencia, donde está la biblioteca pública. Fue muy emocionante, porque había mujeres de distintos rubros. Encuentro que es absolutamente importante destacar a la mujer. Es una excelente herramienta en contra de las discriminaciones a las mujeres en todas las áreas, porque las visibiliza. El problema que tenemos las mujeres es que somos invisibles y nosotras mismas somos culpables de eso.”

Hoy se ha avanzado, pero aún queda mucho camino para alcanzar una verdadera igualdad de género en el mercado laboral. ¿Cuáles son las fortalezas y aportes de las mujeres que faltan por reconocer?

“Te voy a dar un ejemplo. CONICYT hizo una entrevista a mujeres y hombres de proyectos grandes de investigación, donde preguntaban qué es lo que les favorecía. Las mujeres casi unánimemente indicaron que prefieren un buen ambiente de trabajo. En cambio, los hombres dijeron que les favorece mandar gente, mientras más gente a su cargo mejor. Es una pesadilla, yo ojalá no tuviera a nadie a mi cargo. Hay ciertas características de hombres y mujeres que no sé si alguna vez se irán a borrar. Espero que los hombres empiecen a darse cuenta que un lugar entretenido para trabajar, con buena onda, con gente con quien no hay que estar cuidándose las espaldas, por Dios que es rico”.