Un destilador solar para purificar o desalinizar el agua -recurso escaso en la Región de Antofagasta-, que permite potabilizar este recurso a través de un proceso de evaporación y condensación, es el invento que llevó a un grupo de alumnos calameños del Colegio Kamac Mayu, liderados por su profesor Tomás Véliz, a ganar el premio Play Energy de Enel.
Este es un certamen que Enel realiza en siete países de Latinoamérica. En Chile, participaron 84 establecimientos con diferentes propuestas de proyectos innovadores, 12 de los cuales fueron seleccionados para la gran final que quedó en manos de la delegación de Calama.
El concurso fue impulsado por Enel Distribución en la Región Metropolitana y por Enel Generación y Enel Green Power en regiones, con el objetivo de enseñar a los escolares el uso inteligente y creativo de la energía para construir un futuro más sostenible, cuidar el medioambiente y consumir electricidad inteligentemente.
“El hecho de haber sido seleccionados para nosotros fue muy importante y sacar el primer lugar nos llenó de orgullo, porque deja bien en alto a nuestro colegio y a nuestra ciudad de Calama”, explica el profesor Tomás Véliz.
Él es un hombre de 63 años que ama lo que hace, no por nada lleva 46 de ellos dedicados a la docencia. Cuenta que el hecho de estar con niños, conocer sus problemáticas y ayudarlos, y ver generaciones de estudiantes lo han motivado por años.
“Hoy, la nueva generación para mí es un poco más complicada, porque yo soy profesor de las escuelas antiguas, y hoy, con el hecho de tener tecnología, celular, computador, los niños van más por ese lado y cuesta hacerles clases. Ahora tienen más personalidad, pero creo que tenemos que ir adaptándonos a la medida de las nuevas generaciones. Me siento muy realizado como profesor”, destaca.
El profesor se emociona hasta las lágrimas con este premio, porque está a dos años de su jubilación y lo siente como un logro. En medio de tanta tecnología y pantallas, a su edad, logró atraer la atención y desarrollar la creatividad de sus niños. Lo hizo bien y este premio lo demuestra.
Al recibir esta distinción, Véliz se da un tiempo para mirar atrás. Cuenta que en los inicios de su carrera fue profesor de educación física, pero ya lleva 14 años dedicado a la ciencia. “Por una situación que ocurrió hace años en un colegio, tuve que convertirme en el profesor de ciencia, porque algo tiene que ver la educación física con la ciencia, por el hecho de conocer características del cuerpo humano. Al principio fue muy difícil, pero después me empecé a perfeccionar y me autoeduqué, y ya llevo 13 o 14 años haciendo ciencia”, dice entre risas, pero con mucho orgullo.
Hoy está llegando al fin de su carrera y confidencia que la cercanía de su retiro lo ha afectado. “Me tiene psicológicamente muy mal, porque después de haber entregado toda mi vida a la educación, hoy ya no seré un aporte a la sociedad y voy a tener que dejar Calama porque es una ciudad muy cara para vivir”, explica entre incontenibles lágrimas y una larga pausa. Antes, dice que piensa hacer una campaña que se llamará “Te Amo Calama” para levantar el orgullo de los calameños por su ciudad.
“La verdad agradezco, porque todas estas cosas yo las hago con mucho amor por mis alumnos, por mi ciudad. Ser profesor no es fácil, pero sí me llena de orgullo, porque he visto a mis alumnos y exalumnos realizados, y ese es el mejor premio que puedo recibir. Yo soy un agradecido de Enel, que me dio una oportunidad a mí y a mis alumnos de poder ganar este premio que para mí es tan importante, para mi familia, para mi señora, mi hijo, que nos sentimos terriblemente orgullosos de tener un premio nacional, y a mi edad eso es absolutamente relevante”, finaliza.