Cientos de personas fueron las que participaron de Cerro Pabellón, uno de los proyectos energéticos más importantes del país, ubicado a 4.000 metros de altura, a sólo cinco kilómetros de Bolivia.
Andrés Wolf fue uno de ellos, quien en su cargo de Site Manager se responsabilizó de la construcción de este importante proyecto, pero también formó parte del grupo humano que desafió las dificultades que conlleva la vida en altura.
Fueron más de dos años a varios miles de metros sobre el nivel del mar, tiempo en que el cuerpo comienza a presentar una serie de síntomas producidos principalmente por la falta de oxígeno: “hay cansancio, nauseas, mareo. Uno se acostumbra después de uno o dos años, pero muchas personas no lo logran y les afecta en el día a día”, contó Andrés.
La oscilación térmica es otro factor a considerar, pues del calor del día, pasaban a las frías temperaturas de la noche: “este invierno tuvimos un record de diferencia de temperatura entre día y noche, en el día se alcanzó una temperatura de 18°C y en la noche bajamos a -29°C, lo que significó casi 50°C de diferencia”, señaló Wolff.
Pero el trabajo en altura no sólo tiene esfuerzos físicos, sino que también emocionales. Los trabajadores permanecen varios días lejos de sus familias, en un lugar alejado que no cuenta con señal telefónica para poder comunicarse con sus seres queridos. Al respecto André comentó que “en realidad, uno se acostumbra. Todos los que trabajamos en esto sabemos que la energía se genera en lugares de alejados de la población y estamos acostumbrados a no estar con la familia de lunes a viernes”.
Y justamente el estar alejados hace que instancias de celebración como fiestas patrias o partidos de la Selección Chilena sean oportunidades para reunirse como equipo a festejar: “apelamos a las personas más extrovertidas para que nos ayuden a organizar este tipo de celebraciones. Son entretenidas y novedosas las maneras de celebrar.”, comenta Andrés destacando el esfuerzo y motivación de cada uno de los trabajadores.
Si bien el testimonio de Andrés expone que el trabajo en altura no es fácil y con constantes dificultades, este proyecto transformó la altura de Cerro Pabellón en el hogar de un gran equipo humano que logró exitosamente el desafío de construir la primera central geotérmica de Chile y Sudamérica.